Obras de restauración ambiental anuncian el derribo de Kössler Los propietarios analizan el grado de contaminación del terreno para cumplir con las exigencias del Gobierno vasco


El derribo de Kössler Ibérica de Astrabudua pronto será realidad. De hecho, técnicamente los trabajos ya han arrancado con el análisis de la contaminación del suelo para conseguir la certificación de recuperación medioambiental, requisito previo que exige el Gobierno vasco. En el solar de la antigua metalúrgica se levantarán 241 viviendas, el 60% de ellas protegidas.
El Ejecutivo autónomo condicionó su autorización a la correcta retirada de la uralita del tejado y al traslado controlado de los aceites que quedan en la fábrica. Posteriormente, sin embargo, amplió las medidas correctoras para reducir cualquier riesgo de contaminación. Los técnicos ya realizan catas en el interior y luego deberán hacer lo propio en el exterior. Labor necesaria pero que ha retrasado la fecha de derribo, prevista en inicio para este verano.
Precisamente el PSE en el Ayuntamiento de Erandio denunció ayer que este terreno se ha convertido en «un vertedero incontrolado». El portavoz socialista, Juan Otermin, señaló que, pese a ser una finca privada, «los vehículos aparcan en el patio trasero». Circunstancia aprovechada por conductores de «camiones y furgonetas para vaciar sus residuos de forma fácil».
Proliferación de desechos
Los socialistas han comprobado la existencia de «sacos de escombro hasta ropa usada, ruedas, restos de carrocería, televisores rotos, toda clase de inmundicias y bidones de aceite quemado de coches». Ante esta situación, reclamaron al Ayuntamiento medidas «urgentes para exigir la limpieza y adecentamiento del solar y a repercutir el gasto a sus dueños».
El concejal de Gestión Urbanística, Asier San Nicolás, aseguró que «una vez comiencen las catas en el exterior se procederá a la limpieza y cerramiento de todo el perímetro» de la vetustas instalaciones. Además, reiteró la predisposición del Consistorio a conceder la pertinente licencia de derribo de «forma inminente» a la recuperación.
La futura urbanización, de estética vanguardista, tendrá cuatro bloques de entre 4 y 15 alturas. Los dos más pequeños acogerán 97 viviendas de venta libre, mientras que los dos restantes albergarán las 144 protegidas -96 VPO y 49 de precio tasado-. También se habilitará una pasarela peatonal que unirá la nueva área residencial con los accesos cubiertos a la estación de Metro salvando al variante de Astrabudua.