La situación más sangrante y que ha disparado todas las alarmas se reproduce cada fin de semana cuando multitud de cuadrillas, atraídas por una discoteca de moda, se concentran en el entorno de la estación de Astrabudua para consumir grandes cantidades de alcohol. Todo ello genera un entorno de suciedad e inseguridad para el vecindario, que lo ha denunciado reiteradamente.
La ordenanza ‘anti-botellón’ tiene por objeto «preservar la salud, en especial de los más jóvenes», según explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, Arrizen Monasterio, además de regular la «convivencia vecinal y evitar la deplorable imagen» de botellas, vasos y bolsas esparcidas por las calles. El documento salió adelante con los votos de PNV y PP, mientras PSE y EH Bildu, se posicionaron en contra.
Hasta mil euros de multa
El incumplimiento del reglamento municipal puede acarrear sanciones que van de los cien a los mil euros, dependiendo de la gravedad y reiteración. Arrizen adelantó que el importe recaudado se destinará a «programas municipales de ocio para jóvenes». También se pondrá especial cuidado en el caso de menores de edad sorprendidos in fraganti, de los que se dará aviso al Servicio de Prevención de Drogodependencias, para que se pongan en contacto con sus padres.